Se trata de un proyecto que permitirá a los comerciantes y empresas donar los alimentos que tienen en excedente o con corta fecha de vencimiento para evitar que terminen en la basura mientras miles de personas no tienen para comer.
Tierra del Fuego podrá tener su propio Banco de Alimentos en caso de prosperar una iniciativa presentada en la Legislatura por Florencia Pontarelli, una joven de 27 años de la ciudad quien encontró la solución a dos problemas que enfrenta una parte cada vez más importante de la sociedad fueguina: la necesidad de alimentos de los comedores barriales ante el aumento de la pobreza y el desperdicio que se produce por excesos en los volúmenes de mercadería en las bocas de venta, que hacen que los alimentos terminen en la basura.
“Siempre fui voluntaria en comedores y hacía colectas de juguetes y soñé con tener un comedor. Pero cuando empecé a involucrarme, me di cuenta que no es para nada fácil y que no iba a poder porque no tengo casa propia. Lo veía como algo simple, pero no es así… por lo que seguí donando mercadería a los comedores que conozco”, contó Florencia.
“Buscando otra manera de ayudar, llegué al Banco de Alimentos y cuando empecé a investigar supe que nunca se pudo lograr armar un grupo de gente para avanzar con un Banco de Alimentos provincial, a pesar de que se intentó y también supe que no hay estadísticas ni control sobre los alimentos que se tiran en la provincia”, agregó
Los Bancos de Alimentos son organizaciones que rescatan alimentos aptos para el consumo, a fin de almacenarlos, clasificarlos y poder distribuirlos, de manera trazable y segura, entre entidades de ayuda comunitaria adheridas.
Así, le dan un valor social a aquellos alimentos que perdieron su valor comercial, evitando su desperdicio y posterior contaminación al ambiente y haciendo que lleguen a las personas que más lo necesitan.
En casi todas las provincias del país existen Bancos de Alimentos y se encuentran unidos a través de una red federal de colaboración. Por tratarse de Organizaciones No Gubernamentales, el trabajo se organiza con la colaboración de miles de voluntarios que aportan unas horas de su tiempo para ayudar a que la comida no termine en la basura.
El proyecto fueguino
Cuando Florencia Pontarelli logró interiorizarse sobre el funcionamiento de los Bancos de Alimentos, con el asesoramiento de voluntarios de Buenos Aires, armó un proyecto de ley para la creación del Banco de Alimentos “José Federico Ilnao”, un antiguo poblador y comerciante riograndense el cual se ganó el respeto de toda la comunidad por su compromiso con los más necesitados.
“El proyecto procura establecer un régimen legal para que los comerciantes puedan donar sin ser alcanzados por las consecuencias que les caben sobre los productos que venden y de ese modo poder reducir el desperdicio. Lo ingresé a la Legislatura en el mes de mayo y ya se encuentra en comisión de Salud para su tratamiento”.
Voluntarios
Mientras espera que el proyecto de ley reciba la atención de los legisladores, Florencia busca aliados para empezar a trabajar en una red junto con los comedores de Río Grande y comenzar a organizar las donaciones que sean posibles.
“Hace falta que haya compromiso de muchas personas porque necesitamos un depósito, empresarios y transportistas que estén dispuestos a colaborar y voluntarios que deseen ayudar”.
El modelo de trabajo parece sencillo: Se trata de recibir los alimentos donados, clasificarlos con ayuda de voluntarios, almacenarlos en un depósito propio y distribuirlos entre las organizaciones sociales; pero para eso hay que involucrar y comprometer a muchas personas.
“Dadas las condiciones y consecuencias de la pandemia, se podría dar un destino solidario al doble de alimentos que hoy canaliza el Estado” asegura Florencia y agrega que “si producimos cambios que generen un mayor compromiso al sector empresario, se podría evitar que 7000 toneladas de alimentos por año terminen en la basura”.
Quienes deseen sumarse a esta cruzada, pueden comunicarse con Florencia Pontarelli al teléfono 2964-403467.
El Sureño
