Martín Rappallini, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), expresó su preocupación sobre el régimen fueguino y su impacto en la competitividad industrial del país.
En una entrevista con LA NACION, Rappallini señaló que “tenemos una visión cuando el régimen fueguino genera competencia desleal, como en el caso de la industria textil, con fábricas instaladas en el continente. Es un debate que nos tenemos que dar”. Además, destacó que “hoy es más barato producir en Paraguay que en Tierra del Fuego”.
El empresario insistió en que el debate con el gobierno nacional se centra en la reducción de aranceles y la agenda industrial. “Hay que emparejarla. A medida que vayan bajando los aranceles entendemos que deberían ponerle a los importados un impuesto parecido al que tenemos acá. Lo que pedimos es que se nivele la cancha”, afirmó Rappallini.
En reuniones con funcionarios de Economía, la UIA presentó datos sobre la inflación, señalando que la industrial es del 1% mensual promedio, en comparación con el 3% de otros sectores. “Estamos acompañando, no pedimos ningún privilegio. Queremos competir, pero dennos las mismas condiciones. Así, que el mercado defina”, concluyó.
Cuando se le preguntó sobre posibles señales desde Economía respecto a las reformas fiscal y laboral, Rappallini indicó que no han recibido ninguna, pero consideró que “después de las elecciones tiene que avanzarse. Las reformas estructurales son de altísima urgencia”. Destacó que Argentina enfrenta un “problema de competitividad grave, no solo con China sino con Brasil, independientemente del tipo de cambio”.
Rappallini también mencionó que Argentina está “25% a 30% más cara” que Brasil y criticó que en los últimos años no se han abordado aspectos clave como el laboral y el costo financiero, que sí han sido trabajados por su principal socio comercial.
Finalmente, planteó que el Gobierno ha enfocado sus esfuerzos en “ordenar la economía, ir a una normalización, bajar el déficit y la inflación”. Ahora, según él, es el momento de “trabajar para lograr competitividad y bajar el costo argentino”. Con la reducción de la inflación, se han hecho evidentes distorsiones que afectan a la mayoría de las empresas, subrayando que en Argentina no solo es caro producir, sino también transportar, vender y distribuir.
