En el marco del 3° Congreso Internacional de Prevención del Suicidio, organizado por el Municipio de Río Grande junto a representantes de APAL, una madre tomó la palabra y expuso con crudeza el abandono del Estado local.
Entre lágrimas, denunció que su hijo se quitó la vida tras un tratamiento en el que, según afirmó, el Municipio le negó acompañamiento aduciendo que “no había presupuesto”. “Nos dejaron a la deriva”, expresó frente a autoridades y especialistas.
La mujer cuestionó directamente a la gestión de Martín Pérez, acusándola de exhibir campañas y actos “solo para la foto en septiembre”, mientras durante el resto del año no se aplican políticas reales de prevención ni de contención. Incluso, escrachó a una profesional de la salud por su rol en la falta de respuestas.
El testimonio dejó en evidencia lo que muchos señalan: un Estado municipal más preocupado por la propaganda que por el dolor de las familias que enfrentan esta problemática.
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